Cenas ligeras y nutritivas para los días de calor
Para elaborar una cena liviana y nutritiva hay que pensar en platos pobres en grasas y calorías, que no sean muy dulces y que hidraten a través de las verduras y frutas
Imagen: Nitrub
El comienzo del verano supone un cambio en los hábitos alimentarios. El tipo de productos que se consumen en esta época del año son distintos a los que se toman en invierno: mientras que en los menús invernales predominan las sopas, los purés y platos más elaborados, en verano se prefieren las preparaciones frescas y de sencilla elaboración.
La mejora en el clima y el aumento de las horas alienta a programar más actividades al aire libre, de manera que también para las noches se buscan platos fáciles de hacer y refrescantes para paliar el calor.
A continuación se explica por qué es importante elaborar cenas ligeras y nutritivas, se ofrecen ejemplos concretos para toda una semana y se detalla qué no es una cena nutritiva.
¿Por qué cenar ligero?
Imagen: CONSUMER EROSKI
La cena es la última comida antes de dormir, de manera que no son recomendables cenas copiosas y en exceso energéticas antes de acostarse.
Además, muchas veces el verano contribuye a cierta desorganización de hábitos que puede hacer que se gane peso, de forma que no conviene abusar de alimentos muy grasos o hipercalóricos.
En la época estival, por lo general, se pierde el ritmo habitual: varía la hora para levantarse de la cama e irse a dormir, los horarios escolares desaparecen y los laborales cambian muchas veces, se deja de practicar ejercicio físico de forma regular...
Por todo ello, conviene reservar cierto tiempo para realizar algún tipo de actividad física o ejercicio y organizar y reestructurar los hábitos y tomas alimentarias.
En esta situación, son recomendables las cenas ligeras, es decir, cenas con un moderado contenido calórico, pobres en grasas y en alimentos hipercalóricos y sin productos excesivamente dulces.
¿Por qué deben ser cenas nutritivas?
Imagen: CONSUMER EROSKI
Los requerimientos nutritivos no cambian de verano a invierno; por tanto, el aporte calórico, de proteínas, hidratos de carbono y grasas debe mantenerse igual de invierno a verano, a no ser que difiera de forma drástica el grado de actividad física que se realice.
Esto significa que las tomas alimentarias deben asegurar los requerimientos energéticos y nutritivos tanto en invierno como en verano.
En cambio, las necesidades hídricas, y por tanto de algunos elementos minerales, sí pueden verse incrementadas, sobre todo si aumenta la sudoración.
Por eso, son recomendables comidas y cenas en las que haya un buen aporte hídrico de verduras, hortalizas y frutas.
Para diseñar cenas ligeras y nutritivas hay que asegurarse de las siguientes cosas:
- Deben ser rica en verduras u hortalizas y fruta.
- No tienen que tener un elevado contenido en grasas.
- Deben poseer un contenido moderado en alimentos proteicos y alimentos ricos en hidratos de carbono.
¿Qué no es una cena ligera y nutritiva?
Las tomas alimentarias desequilibradas o que puedan provocar deficiencias nutricionales no se pueden considerar comidas ligeras y nutritivas.
Así pues, no sería correcto cenar fruta cada día o comer cada noche pan con tomate y embutido, puesto que son estructuras alimentarias que podrían contribuir a un desequilibrio en la ingesta nutritiva.
Esto provocará falta de vitaminas y minerales en algunos casos o déficits proteicos o de fibra dietética en otros. Por eso es importante consultar siempre al dietista-nutricionista en el caso de que se tengan dudas sobre el equilibrio nutritivo de la dieta.
Ejemplos de cenas ligeras y nutritivas... ¡para toda la semana!
- Lunes. Sopa de tomate y sandía. Lomo de cerdo a la plancha con patatita al horno. Yogur desnatado.
- Martes. Ensalada de canónigos, remolacha y brotes de soja. Merluza en papillote con flanecillo de habitas blancas. Melón.
- Miércoles. Ensaladilla veraniega (patata, judía verde, zanahoria, guisantes, tomate, huevo duro y atún; con aceite de oliva). Macedonia de fruta con queso fresco (bajo en grasa) batido.
- Jueves. Espárragos blancos. Pechuga de pavo con arroz salvaje. Fresas.
- Sábado. Ensalada de queso fresco y tomatitos. Hamburguesa de proteína vegetal. Ciruelas.
- Domingo. Crema fría de puerros y cebolla. Lenguado a la plancha. Melón.
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