Unos 1.500 refugiados rohingya y migrantes bangladesíes han sido
rescatados por los pescadores de Aceh, en el norte de Indonesia, cuando
la política de su Gobierno y los de Tailandia e Indonesia consistía en
empujar fuera de sus aguas territoriales a los barcos que se acercaran a
sus costas.
Alrededor de 8.000 refugiados rohingya y migrantes bangladesíes han vagado durante meses a la deriva en el Mar de Andamán.
Los emigrantes bangladesíes esperan a ser repatriados y el destino de los refugiados rohingyas es más incierto.
El
Gobierno indonesio ha indicado que no está dispuesto a acogerlos más de
un año, pero la población acehnesa los ha recibido con los brazos
abiertos.
Refugiados rohingyas en el campo de Kuala Langsa Port, en Aceh
(Indonesia). Los pescadores Acehneses rescataron el barco en el que
flotaban a la deriva en el Mar de Andamán el 15 de mayo.
Miles de
rohingya han huido de la limpieza étnica que sufren en Birmania en los
últimos años embarcando frágiles barcos controlados por despiadadas
mafias de traficantes de personas.
A ellos se une un número cada vez
mayor de emigrantes bangladesíes. Centenares han muerto en alta mar o en
campos en el sur de Tailandia donde eran retenidos hasta que sus
familias pagaban un rescate para liberarlos.
Estos refugiados fueron
rescatados por pescadores Acehneses cuando la política de los gobiernos
de Indonesia, Malasia y Tailandia consistía en expulsar a los barcos de
sus aguas territoriales. © Carlos Sardiña Galache / Yayasan Geutanyoe – A
Foundation for Aceh.
Una mujer rohingya recibe una vacuna contra el tétanos en el campo de
Kuala Cangkoi, en Aceh (Indonesia).
Presa del pánico, la mujer lloraba
desconsoladamente y se zafaba cuando los médicos trataban de ponerle la
inyección y varios de ellos tuvieron que calmarla y agarrarla para
conseguirlo.
Como muchos otros rohingyas, no había visto una jeringuilla
en su vida. Muchos de los rohingyas que viven en las zonas rurales de
Arakan (Birmania) no han recibido jamás ningún tipo de asistencia
sanitaria. © Carlos Sardiña Galache / Yayasan Geutanyoe – A Foundation
for Aceh.
Refugiado rohingya en el campo de Kuala Cangkoi. El campo de
Kuala Cangkoi, en la costa de Aceh, hospeda a 330 rohingyas.
La
población acehnesa ha recibido a los rohingyas con los brazos abiertos.
Muchas familias de la zona se acercan a los campos a visitarlos y
entregarles donaciones y a menudo los invitan a comer en sus casas. ©
Carlos Sardiña Galache / Yayasan Geutanyoe – A Foundation for Aceh.
Un policía indonesio vigila el campo de refugiados de Kuala
Langsa Port, en Aceh (Indonesia), donde se hospedan 677 personas, entre
refugiados rohingyas y emigrantes bangladesíes.
Los rohingyas y los
bangladeshíes viven en pabellones separados, ya que se produjeron peleas
entre ambos grupos cuando navegaban en el mismo barco en el Mar de
Andamán.
Los bangladesíes probablemente serán repatriados, pero el
futuro de los rohingya es mucho más incierto, ya que el Gobierno
indonesio sólo se muestra dispuesto a darles refugio un año, hasta que
puedan ser trasladados a otros países. © Carlos Sardiña Galache /
Yayasan Geutanyoe – A Foundation for Aceh.
Bangladesíes en el campo de Kuala Langsa Port, en Aceh
(Indonesia).
Los rohingyas y bangladesíes del campo viven en pabellones
separados, ya que, antes de desembarcar, se produjo una pelea en el
barco en el que viajaban en la que se cree que murieron hasta cien
personas. © Carlos Sardiña Galache / Yayasan Geutanyoe – A Foundation
for Aceh.
Una mujer rohingya yace con su hijo en el campo de refugiados de
Bayeun, en las afueras de la ciudad acehnesa de Langsa, Indonesia. ©
Carlos Sardiña Galache / Yayasan Geutanyoe – A Foundation for Aceh.
Una niña rohingya juega en el campo de refugiados de Kuala
Cangkoi, en la costa oriental de Aceh (Indonesia).
"Los acehneses nos
están tratando como hermanos," comentaba un refugiado un par de horas
antes. © Carlos Sardiña Galache / Yayasan Geutanyoe – A Foundation for
Aceh.
Un refugiado rohingya come en el campo de refugiados de Kuala Cangkoi,
en Aceh (Indonesia). © Carlos Sardiña Galache / Yayasan Geutanyoe – A
Foundation for Aceh.
Un grupo de mujeres rohingya espera para recibir ayuda de la ONG
taiwanesa Fundación Budista Tzu Chi en el campo de Bayeun, en Aceh
(Indonesia). © Carlos Sardiña Galache / Yayasan Geutanyoe – A Foundation
for Aceh.
Un grupo de mujeres rohingya espera para recibir ayuda de la ONG
taiwanesa Fundación Budista Tzu Chi en el campo de Bayeun, en Aceh
(Indonesia). © Carlos Sardiña Galache / Yayasan Geutanyoe – A Foundation
for Aceh.
Migrantes bangladesíes en el campo de Kuala Langsa Port, en Aceh
(Indonesia).
Los rohingyas y bangladesíes del campo viven en pabellones
separados, ya que, antes de desembarcar, se produjo una pelea en el
barco en el que viajaban en la que se cree que murieron hasta cien
personas. © Carlos Sardiña Galache / Yayasan Geutanyoe – A Foundation
for Aceh.
Un grupo de refugiados rohingyas espera un reparto de ropa a
cargo de varias organizaciones locales e internacionales en el campo de
Bayeun, en Aceh (Indonesia). © Carlos Sardiña Galache / Yayasan
Geutanyoe – A Foundation for Aceh.
Un policía acehnés reparte caramelos a un grupo de niños rohingyas en el
campo de refugiados de Bayeun, en Aceh (Indonesia). © Carlos Sardiña
Galache / Yayasan Geutanyoe – A Foundation for Aceh.
Refugiada rohingya en en el campo de Bayeun, en Aceh (Indonesia).
© Carlos Sardiña Galache / Yayasan Geutanyoe – A Foundation for Aceh.
Carlos Sardiña
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