¡Cuidado con las dosis altas de ibuprofeno!

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha hecho un comunicado alertando de los riegos cardiovasculares de tomar dosis altas de ibuprofeno y dexibuprofeno
 
                                             
                                             Imagen: imagepointfr
 
El pasado 13 de abril, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad lanzó una alerta sobre el riesgo cardiovascular que supone tomar altas dosis de ibuprofeno y dexibuprofeno y de la posibilidad de interacción entre el ibuprofeno y el ácido acetilsalicílico.
 

 
Esta información se basa en las recomendaciones hechas por el Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia europeo (PRAC), tras una extensa revisión sobre este fármaco de uso tan extendido.
 
El siguiente artículo aporta las conclusiones de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios dependiente de este Ministerio y apunta cuáles son los efectos adversos de los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), la familia de fármacos a los que pertenecen el ibuprofeno y el dexibuprofeno.

Ibuprofeno y dexibuprofeno: advertencia de Sanidad

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) recomienda a los profesionales sanitarios no administrar dosis altas de ibuprofeno y dexibuprofeno a pacientes con alguna enfermedad cardiovascular grave, como insuficiencia cardiaca, cardiopatía isquémica establecida, enfermedad arterial periférica o enfermedad cerebrovascular.
 
También aconseja que antes de iniciar con estos fármacos un tratamiento a largo plazo, sobre todo si se necesitan dosis altas, se valore de forma muy minuciosa qué factores de riesgo cardiovascular tiene la persona.
 
Los datos utilizados en la revisión de la AEMPS, procedentes de ensayos clínicos, estudios observacionales y metaanálisis, confirman que dosis altas de ibuprofeno se asocian con un mayor riesgo de trombosis arterial, un riesgo comparable al de los inhibidores de la ciclooxigenasa-2 (otro tipo de antiinflamatorios no esteroideos) a dosis estándar.
 
Por dosis altas de ibuprofeno se considera tomar 2.400 miligramos o más cada día, lo que corresponde a cuatro comprimidos de 600 mg, que son los de uso más habitual.
 
Sin embargo, esta cifra supone el doble de la dosis frecuente utilizada como analgésico, antiinflamatorio o antitérmico, que suele ser de 1.200 mg al día y, de momento, esta cantidad no se relaciona con un incremento de riesgo cardiovascular.
 
Y, en el caso del dexibuprofeno, las dosis altas se consideran a partir de 1.200 mg diarios. De todas las personas que se tratan con ibuprofeno, solo un 2% lo hace a estas dosis altas.
 
No obstante, los expertos de la AEMPS concluyen que no hay información que sugiera que existe un riesgo aumentado de infarto ni trombosis con el uso ocasional o si no se superan los 1.200 mg al día de ibuprofeno, pero instan a los ciudadanos a controlar los síntomas con las dosis más bajas y durante el menor tiempo posible.
 
También advierten a quienes, por prescripción médica, utilicen dosis altas de cualquiera de estos dos antiinflamatorios o tengan antecedentes de enfermedad cardiaca o trombosis cerebral que consulten con su médico por si debe realizar cambios en la pauta de tratamiento.
 
Respecto a la posible interacción del ibuprofeno con el ácido acetilsalicílico (Aspirina®), los estudios farmacodinámicos muestran que el ibuprofeno reduce el efecto cardioprotector -por su efecto de antiagregante plaquetario- del ácido acetilsalicílico.
 
A pesar de que, según los estudios disponibles hasta el momento, esta interacción no es clínicamente significativa, desde la AEMPS avisan de que no se puede obviar esta posibilidad cuando se administren de manera conjunta y regular.

Consideraciones de los AINE

Esta revisión de la AEMPS es la continuación de otra realizada en 2012 que ya concluyó que el uso general de estos fármacos se asociaba a un pequeño incremento del riesgo cardiovascular, aunque el balance beneficio-riesgo de los antiinflamatorios no esteroideos tradicionales era favorable.
 
También se apuntaba al diclofenaco como el que parecía poseer mayor riesgo cardiovascular de tipo aterotrombótico (fenómeno por el cual se forma un trombo sobre una lesión arteriosclerótica ya existente).
 
Con todo, las recomendaciones generales fueron que los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) hay que utilizarlos a las dosis eficaces más bajas posibles y durante el menor tiempo, valorando siempre los factores de riesgo cardiovascular y gastrointestinal de la persona.
 
Tanto el ibuprofeno como el dexibuprofeno son dos fármacos de la familia de los AINE. Ambos se dispensan sin receta y como genérico o bajo distintos nombres comerciales.
 
Los más conocidos son, para el ibuprofeno, Algiasdin®, Dalsy®, Dolorac®, Doltra®, Espididol®, Espidifen®, Gelofeno® y Saetil®, entre otros muchos; y para el dexibuprofeno, Atriscal® y Seractil®.
 
Los expertos, sin embargo, hacen una llamada a la tranquilidad y al sentido común. No hay que olvidar que son medicamentos y no hay que tomarlos a la ligera, pero tampoco que su uso puntual, con uno y dos comprimidos diarios, en personas sin problemas de corazón es seguro.
 
Con todo, la recomendación general es siempre leer con detenimiento el prospecto de cualquier fármaco y, ante cualquier duda sobre indicaciones, posología, modo de administración o contraindicaciones, consultar al profesional sanitario de referencia.

Efectos secundarios de los AINE

Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) son un grupo de medicamentos muy utilizados y muy efectivos en la prevención y el control de multitud de síntomas.
 
En esta amplia clasificación se encuentran analgésicos y antitérmicos tan conocidos como el ácido acetilsalicílico o Aspirina®, la indometacina, el diclofenaco, el naproxeno y el ibuprofeno, entre los más empleados para aliviar el dolor, la inflamación -aguda y crónica- y disminuir la fiebre.
 
Por su propiedad de antiagregante plaquetario, algunos se usan para la prevención y el tratamiento de enfermedades vasculares como el infarto de miocardio o los ictus.
 
Sin embargo, y como sucede con todos los fármacos, no están exentos de efectos secundarios. Los efectos adversos más comunes van desde las molestias gastrointestinales, náuseas y diarrea, aunque también pueden producir lesión en la mucosa gástrica y hemorragias.
 
De hecho, pese a que se tomen con leche o alimentos, o se utilicen los comprimidos con cubierta entérica (con propiedad de liberación prolongada y que nunca deben ser trituradas), eso solo reduce ligeramente los síntomas gastrointestinales, no el potencial daño.
 
Por este motivo, las personas con antecedentes o riesgo de úlcera gastroduodenal son individuos de riesgo y deberían: o bien tomar un inhibidor selectivo de la ciclooxigenasa-2 (AINE que provoca menos problemas digestivos, como el meloxicam, el rofecoxib o el celecoxib) o ingerirlos con un protector gástrico.
 
Otros efectos adversos que pueden dar son: erupciones y broncoespasmo, dolor de cabeza, insomnio, mareo, depresión, obnubilación e, incluso, acúfenos.
 
Pueden también provocar retención de líquidos, elevar la tensión arterial y desencadenar insuficiencia renal en pacientes con alteraciones renales.
Y entre los efectos descritos como más raros están lesiones hepáticas, pancreatitis, exacerbación de la colitis ulcerosa y lesiones oculares.
 

Etiquetas: corazón, efectos secundarios, ibuprofeno, medicamentos



Por MONTSE ARBOIX
 
 

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