Qué exigir a la interfaz de un programa para que nos sea más útil
Una vez que nos hemos decantado por un sistema operativo para instalar en nuestro ordenador, a continuación, debemos elegir los programas que más nos interesen. Dependiendo del trabajo que vayamos a hacer con el PC y sus modos de uso, nos decantaremos por un tipo de aplicaciones u otras. Aquí debemos tener en cuenta tanto la funcionalidad que nos presenta, como su interfaz de usuario.
Hay algunos sectores del software que se podrían considerar como casi imprescindibles en nuestro equipo en los tiempos que corren. En este sentido podríamos hablar, por ejemplo, de un antivirus, un reproductor multimedia, un editor de fotos, o un navegador de internet. Hay que decir que estos se podrían considerar como programas básicos en cualquier equipo. A partir de ahí, ya tendremos la oportunidad de echar mano de software más específico dependiendo de nuestras necesidades o preferencias.
Uno de los elementos clave a la hora de decantarnos por una solución software u otra, como es evidente, será la funcionalidad que nos presenta. Los encontramos centrados en el diseño gráfico, la ofimática o programas más específicos centrados en un determinado trabajo. Lo cierto es que tendemos a instalar decenas de soluciones diferentes para poder echar mano de la que más nos interese en cada caso cuando lo necesitemos. Al mismo tiempo debemos tener en cuenta que no solamente es importante la funcionalidad del programa, sino que también entran en juego otros factores fundamentales.
En concreto aquí nos vamos a centrar en la interfaz gráfica de usuario que nos propone el software por el que nos decantemos. Este es un elemento que nos debe de ofrecer una serie de características para poder sacar el máximo provecho a este software.
Elementos indispensables en la interfaz de un programa
Hay que tener en cuenta que la interfaz es lo primero que nos encontramos cuando arrancamos un programa cualquiera. Por tanto, lo primero que debemos exigir a este elemento es claridad. Con esto nos referimos a que deberíamos poder acceder a todas las funciones integradas de manera sencilla y accesible. Por ejemplo, esto se logra dividiendo la ventana principal en varios apartados dependiendo del tipo de uso o funcionamiento de la aplicación. Y eso no es todo, sino que además esa interfaz debe cuidar su aspecto y estar integrada lo máximo posible con el propio sistema operativo.
Sirva como claro ejemplo de todo ello que los actuales desarrolladores de software intentan adaptar la interfaz de sus proyectos a las más recientes versiones de Windows. En esta ventana principal deberíamos encontrar accesos a las funciones más utilizadas de la aplicación. Al mismo tiempo aquellos que quieran profundizar un poco más en la misma, deberían encontrar una serie de menús bien estructurados y categorizados con el resto de las características.
En este sentido nunca van a sobrar además una serie de accesos directos en forma de atajos de teclado que nos permitan abrir directamente esas funcionalidades. Además, si estas combinaciones de teclas son personalizables por parte del usuario, siempre serán mucho más útiles. Para terminar, diremos que las opciones de personalización de la interfaz que la aplicación nos proponga siempre serán muy de agradecer. Estas nos permiten adaptar el aspecto del programa a nuestras necesidades y así intentar ser más productivos.
https://www.softzone.es/noticias/programas/exigir-interfaz-programa-sea-mas-util/
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