Las 3 opciones que nunca debes desactivar en Windows Defender
La seguridad siempre ha sido uno de los pilares más débiles de Windows. Nunca debemos conectarnos a Internet sin un antivirus, ya que es cuestión de segundos terminar infectados por un malware, incluso sin ni siquiera abrir el navegador. Por ello, aunque tarde, Microsoft tomó la decisión de crear su propio antivirus e instalarlo por defecto en el sistema operativo. Y, tras varios fracasos conocidos como «Security Essentials», finalmente la compañía dio con la clave. Y así nació Windows Defender.
Windows Defender se ha convertido en uno de los mejores antivirus gratuitos para el sistema operativo de Microsoft. Es cierto que no es tan completo (en cuanto a funciones) que las suites de seguridad como Kaspersky o McAfee, pero ofrece a todos los usuarios una excelente protección frente a amenazas de todo tipo. Eso sí, si queremos estar realmente protegidos, estas son las opciones que nunca debemos desactivar en Windows Defender.
Opciones de seguridad esenciales de Windows Defender
Aunque este programa de seguridad no tiene muchos escudos de protección, sí que cuenta con los escudos básicos y esenciales con los que poder estar protegidos en todo momento. Uno de ellos, por supuesto, es el de protección en tiempo real. Este es el escudo que se encarga de controlar todo lo que ocurre en nuestro PC, los procesos que se ejecutan, los nuevos archivos que se copian al disco duro, etc. Desactivar esta protección es, a grandes rasgos, desactivar el antivirus completo. Y dejar nuestro ordenador expuesto.
Otra opción que también debemos tener activada siempre es la protección contra alteraciones. Esta opción lo que hace es proteger las opciones de configuración del antivirus, y sus procesos, para evitar que el malware pueda desactivarlo al llegar al sistema. Con esta opción, es prácticamente imposible que se desactive el antivirus, salvo que lo hagamos nosotros a mano.
Otro de los apartados importantes a la hora de mantener nuestro ordenador seguro es el de protección contra vulnerabilidades. Windows Defender nos permite proteger nuestro ordenador frente a exploits y fallos de seguridad que no hayan sido descubiertos y solucionados mediante una actualización. Para ello controla los procesos en la memoria y la CPU de manera que siempre podamos tenerlo seguro y protegido. Todos los escudos de protección en este apartado deben estar activados.
Y, además de las protecciones globales, también podemos bloquear por procesos y aplicaciones.
Más opciones de seguridad radicales
Además de las opciones anteriores, Windows Defender cuenta con otros módulos de seguridad que debemos tener siempre activados. Por ejemplo, el antivirus de Microsoft nos ofrece un sistema de aislamiento del núcleo que evita que absolutamente nada pueda inyectar código en los procesos de alto nivel del sistema operativo.
El Firewall es otra de las características que también podríamos considerar como esenciales para proteger nuestro ordenador de todo tipo de amenazas. Gracias a él evitaremos que programas o usuarios no autorizados se conecten a nuestro PC de forma remota. Y tampoco podemos olvidarnos de las opciones de familia, gracias a las cuales vamos a poder controlar y proteger a los más pequeños cuando estos utilicen el ordenador.
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