Si un programa de repente deja de funcionar, así le devuelves la vida
Junto al propio sistema operativo, ya sea Windows o Linux, por ejemplo, los programas que utilizamos en nuestro ordenador son elementos clave. Ya sean aquellos que se incluyen con el propio sistema o los que instalamos nosotros después, estos nos sirven para trabajar con el PC en el día a día. Por tanto, los problemas que puedan surgir con estas soluciones software de manera inesperada se pueden convertir en un serio inconveniente.
A quién no le ha ocurrido alguna vez que está trabajando tranquilamente con uno de sus programas en Windows, y de buenas a primeras este deja de responder. Ya sea en la oficina o en nuestra casa, es decir en entornos corporativos o de ocio, este hecho siempre es una molestia. Y es que hay que tener en cuenta que las aplicaciones instaladas en nuestro PC son gratis que en la mayoría de los casos realmente dan utilidad al equipo. Que hablemos de una solución ofimática, de un juego, o de un reproductor de vídeos.
En la mayoría de las ocasiones son soluciones que instalamos precisamente porque las vamos a usar en cualquier momento, por lo que, si su funcionamiento no es el adecuado, resultan inútiles. Llegados a este punto cabe mencionar que estas aplicaciones que tenemos instaladas pueden dejar de responder en cualquier momento y por múltiples razones. Nos referimos a la situación de que un programa puede estar funcionando bien, pero congelarse de repente y dejar de responder. Incluso esto se puede traducir en que acaba por bloquearse o cerrarse.
Razones por las que los programas dejan de responder
La verdad es que con el paso de los años y a pesar de los avances del software y el sistema operativo en general, estas situaciones ya no nos extrañan a casi nadie. Nos referimos al mal funcionamiento repentino de algunos programas que usamos a diario. Ya os hemos comentado antes que las razones de todo ello pueden ser múltiples, aunque también es verdad que muchas veces podremos solventarlo.
Una de las más comunes suele ser por algún tipo de incompatibilidad que de pronto se produzca. Nos referimos a una incompatibilidad entre el programa que acaba de fallar y algún componente software o hardware. Igualmente se puede dar el caso de que el sistema operativo se vea un tanto saturado y de prioridad a otros programas abiertos o funciones propias.
Igualmente se puede dar el caso de que ese software que estamos utilizando no está lo suficientemente depurado u optimizado para el tipo de uso que le estamos dando. Por tanto, eso ya debería pasar a manos del desarrollador del proyecto, por ejemplo, lanzando una actualización que lo arregle.
Como seguramente habréis comprobado en más de una ocasión, en algunos casos podemos esperar a que la aplicación se recuperare, mientras que en otros tendremos que forzar su cierre. En gran medida las soluciones a tomar En este sentido dependerán de la razón por la que se dé el fallo de funcionamiento.
Solucionar problemas con las aplicaciones que funcionan en Windows
Claro está, de igual modo que los fallos a los que nos referimos en el funcionamiento de programas pueden venir por múltiples vías, con las soluciones pasa lo mismo. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones tomando algunas de las más habituales, veremos cómo podemos solventar el fallo en pocos segundos. Precisamente es en estas soluciones en las que nos queremos centrar en las próximas líneas.
Por lo tanto, en el caso de que os encontréis ante el desagradable acontecimiento de que un programa deja de responder repentinamente en Windows, Hablando solo bueno qué trabajo echad un vistazo a estos consejos.
Dar tiempo a la aplicación para que se recupere
Una de las soluciones más comunes de las que podemos echar mano en este sentido es dejar que el programa se recupere por sí mismo. Se puede dar el caso de que una aplicación deje de responder, pero sigue trabajando en segundo plano. Llama la atención de que le falte de respuesta de cara al usuario, pero el software como tal sigue funcionando. Esto significa que funciona en segundo plano, pero lentamente y con dificultad.
Por tanto, lo mejor que podemos hacer aquí es dejar que termine dándole el tiempo que podamos. Sin embargo, para no saturar más los procesos del software, es mejor no pulsar repetidamente los botones de la interfaz de la aplicación. De igual modo es recomendable que no cambiemos a otros programas y no utilicemos otras funciones de Windows 10. De esta manera y con un poco de paciencia es probable que pasados unos segundos a unos pocos minutos todo vuelve a la normalidad.
Liberar recursos del sistema
También se puede dar el caso de que un programa en concreto deja de responder de manera constante mientras está en funcionamiento. Además, si esto coincide con el uso de una función que requiere muchos recursos del sistema, ya sabemos de dónde proviene el problema. Así, en el caso de que el uso de esa aplicación en concreto sea imprescindible, antes de ejecutar esa funcionalidad en concreto, lo mejor que podemos hacer es cerrar el resto de los programas. Con esto lo que conseguimos realmente es liberar recursos del sistema dejar toda la potencia de procesamiento para la aplicación problemática.
Por ejemplo, todos estos procesos no necesarios los podemos cerrar directamente desde el Administrador de tareas del mismo Windows.
Borrar la caché del programa con problemas de funcionamiento
Los fallos de respuesta de algunas de las aplicaciones que usamos en Windows también pueden estar directamente relacionados con su memoria caché interna. En el caso de que la misma sería por la razón que sea saturada, se puede traducir en fallos de funcionamiento y por tanto que deje de responder en el sistema.
Sirva como ejemplo que soluciones tan extendidas como por ejemplo los navegadores web, nos ofrecen la posibilidad de limpiar esa caché. Otro claro ejemplo de ello lo encontramos en Microsoft Teams, por lo que podemos buscar si esa app en concreto nos ofrece la posibilidad de borrar la caché y así evitar su mal funcionamiento.
Actualizar el programa que no responde
Tal y como hemos comentado anteriormente, estos fallos de funcionamiento en un determinado software también se pueden dar por ciertas incompatibilidades. Es por ello que, si las mismas se han extendido, probablemente sus desarrolladores ya hayan puesto algún tipo de solución para evitar estos fallos. Por tanto, tal y como suele ser habitual en la mayoría de los casos, lo mejor que podemos hacer es instalar la más reciente versión del software.
Además, esto es algo que se hace extensible tanto para el programa que nos está dando problemas, como para el propio sistema operativo, en este caso Windows.
Restablecer su configuración o reinstalar
Desde sus parámetros personalizables muchos programas nos permiten restablecer la configuración del mismo a sus valores de fábrica. Esto significa que devolveremos el programa a tal y como estaba cuando lo instalamos por primera vez. Por tanto, si hemos hecho algún cambio en el mismo que perjudique a su funcionamiento, esto debería solucionarlo.
Si ni siquiera este cambio tan radical funciona, lo mejor que podemos hacer es eliminar el programa del sistema y volver a instalarlo de nuevo.
https://www.softzone.es/windows-10/como-se-hace/solucionar-problema-programa-responde/
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