V-Sync, G-Sync y Free-Sync – ¿Qué significan estos conceptos?
En dos artículos anteriores hemos intentado explicar los diferentes tipos de antialiasing y cómo funcionan los filtros anisotrópicos con el fin de ayudaros a configurar los juegos de ordenador lo mejor posible acorde a vuestras tarjetas gráficas.
Sin embargo, no podemos olvidarnos de otros conceptos muy útiles, incluso elementales, que mejoran notablemente la calidad de la imagen y acaban con problemas como el tearing. Estamos hablando de las tecnologías de sincronización de imágen V-Sync, G-Sync y Free-Sync.
Antes de hablar de estas tecnologías debemos hablar de la tasa de refresco de los monitores, es decir, el número de veces que se actualiza la pantalla por segundo.
Hoy en día, salvo los modelos más avanzados y caros, las tasas de refresco más habituales son entre 60 y 100 hercios, es decir, que la imagen del monitor de actualiza entre 60 y 100 veces por segundo.
Esto significa que, si nuestra gráfica está renderizando un juego a 200 fotogramas por segundo, nuestro monitor solo será capaz de mostrar 60, causando una desincronización en la imagen conocida como “tearing” o las líneas horizontales que aparecen al mover la pantalla.
V-Sync
La sincronización vertical, o V-Sync, busca limitar automáticamente el número de fotogramas por segundo a la tasa de refresco del monitor. De esta manera, la imagen no se desincronizará y evitaremos las molestas rayas horizontales mientras jugamos generadas por la diferencia de frecuencia de actualización.
Esta opción, por lo general, no consume demasiados recursos en las gráficas, sin embargo, sí que pueden dar lugar a otros problemas como a distintos saltos en la imagen si en cualquier momento se pierden FPS, e incluso pueden dar lugar a latencia o retardo al usar el teclado y el ratón.
Para solucionar estos problemas tenemos las dos tecnologías siguientes.
G-Sync
La tecnología G-Sync, desarrollada por Nvidia, se encarga de eliminar la fragmentación de la imagen sin generar el molesto lag que aparece con la V-Sync.
Esto es posible gracias a un chip incluido en la mayoría de los monitores de manera que la propia gráfica se sincroniza a nivel de hardware (en lugar de a nivel de software) con la tasa de refresco del monitor.
El G-Sync muestra una imagen mucho más fluida y acaba con los problemas antes mencionados, sin embargo, debemos tener una tarjeta gráfica de gama media-alta compatible con ella y que, además, sea de marca Nvidia.
Free-Sync
La tecnología Free-Sync funciona de forma muy similar a la G-Sync aunque no necesita ningún tipo de hardware especial. Lo único que necesitamos para poder utilizar esta tecnología es tener una tarjeta gráfica de marca AMD/ATI y un monitor compatible conectado a través de un puerto DisplayPort Adaptive-Sync, quien permitirá la sincronización de las frecuencias.
Por ello, siempre es recomendable activar la tecnología V-Sync para reducir los problemas de tearing, salvo que los juegos permitan limitar el número de FPS (y este sea igual al de nuestro monitor), nos de problemas dé lag como indica Nvidia o nuestro monitor y nuestra gráfica sean compatibles con las tecnologías G-Syng de Nvidia o Free-Sync de ATI/AMD.
http://www.softzone.es/2016/08/v-sync-g-sync-y-free-sync-que-significan-estos-conceptos/
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