Día Mundial del Asma

La Organización Mundial de la Salud cifra en 235 millones las personas afectadas por asma bronquial en todo el mundo
 
                                     
                                      Imagen: marischka
 
El primer martes de mayo se celebra el Día Mundial del Asma, una jornada auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Iniciativa Global para el Asma (GINA). Bajo el lema "Tú puedes controlar tu asma" se pretende mejorar el conocimiento que tiene la sociedad de esta enfermedad respiratoria crónica.
 

 
En este artículo se describe qué es el asma, cuáles son sus factores de riesgo y desencadenantes y los cinco pasos para controlar el asma en los niños.
 
La celebración del Día Mundial del Asma tiene el objetivo de mejorar el conocimiento de la enfermedad en todo el mundo.
 
El lema escogido para esta edición es "Tu puedes controlar tu asma". En España, la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) se suma a la difusión de los conocimientos y destrezas necesarias para un manejo adecuado de esta afección, para pacientes y profesionales en los centros de salud.
 
En nuestro país, esta patología respiratoria, según diversos estudios, se estima que afecta al 11% de los niños entre 6 y 7 años, al 9% de los adolescentes de 13 y 14 y al 5% de los adultos.
 
Es la enfermedad crónica más frecuente en los pequeños y es, precisamente, en este grupo de la población, donde un mal control de la dolencia provoca un gran impacto en su rendimiento escolar, relaciones sociales y su salud. En definitiva, disminuye su calidad de vida.

¿Qué es el asma?

El asma es una enfermedad causada por la inflamación y estrechez de las vías respiratorias, que hace que se reduzca la cantidad que puede pasar por ellas.
 
Esta situación ocasiona, sobre todo, tos persistente (con o sin esputo) y sibilancias (sonido silbante que hace el aire al pasar por las vías estrechas); también opresión torácica y fatiga. Sin embargo, estos síntomas son comunes a otras enfermedades y pueden manifestarse todos, uno solo o combinados.
 
También pueden aparecer tiraje de los músculos intercostales (cuando los músculos entre las costillas tiran hacia dentro, una señal de obstrucción de las vías respiratorias) y dificultad para respirar (disnea).
 
Y si la situación no revierte, el paciente muestra coloración azulada de labios y cara (cianosis), somnolencia o confusión, taquicardia, ansiedad, debido a la sensación de ahogo, y sudoración profusa; todos ellos son signos que necesitan atención médica urgente.

Asma: factores de riesgo y desencadenantes

Los principales factores de riesgo del asma son la exposición a alérgenos como los ácaros, la caspa de las mascotas y los pólenes. De hecho, entre el 70% y el 80% de los casos de asma son de origen alérgico.
 
Hay otros factores desencadenantes que, aunque no son causa del asma, pueden producir síntomas o crisis sin que medie ningún mecanismo alérgico: el clima frío, el ejercicio físico intenso, infecciones respiratorias (resfriado común o bronquitis); algunos medicamentos (ácido acetilsalicílico u otros antiinflamatorios no esteroideos, AINES) e, incluso, las emociones fuertes (ira o miedo).
 
Tampoco hay que olvidar mantenerse lejos de los ambientes contaminados, el humo del tabaco y de los irritantes químicos, presentes tanto en el aire como en los alimentos.

Los cinco pasos para controlar el asma en los niños

Aunque el asma es una enfermedad crónica, con un diagnóstico correcto y un adecuado tratamiento se puede conseguir un buen control y hacer vida normal. Esto es muy importante, sobre todo, en los niños, para que puedan desarrollarse por completo.
 
A veces, la falta de información y sobreprotección del pequeño con asma puede mermar su socialización y su autoestima.
 
Por ello, la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria, a través de su Grupo de Trabajo de Asma y Alergia, y de la Global Initiative for Asthma (GINA) definen los cinco puntos fundamentales para un buen control de la enfermedad:
 
  • 1. Conocer el tratamiento: el niño y su entorno deben saber su tratamiento y tenerlo por escrito. Antes, el profesional de referencia debe explicar a los progenitores los detalles sobre su pauta.
 
  • 2. El cumplimiento terapéutico: no hay que abandonar nunca el tratamiento de base y realizarlo según la pauta establecida.
 
  • 3. Saber cómo actuar ante una crisis aguda de asma.
  •  
  • 4. Reconocer los síntomas de una crisis de asma, como tos persistente, sibilancias, dificultad respiratoria, etc. 
 
  • 5. Conocer los factores que desencadenan o agravan el asma.

Los datos del asma

La Organización Mundial de la Salud (OMS) cifra en 235 millones las personas que sufren asma en todo el mundo, sea cual sea su grado de desarrollo. Sin embargo, como en todas las enfermedades, más del 80% de los fallecimientos que provoca tienen lugar en los países de bajos y medios-bajos ingresos.
 
Los especialistas califican de imprescindible que los medicamentos sean asequibles y estén disponibles, sobre todo, para las familias con ingresos bajos.
 
A pesar de que es una afección en la que de momento no hay cura, el diagnóstico y el tratamiento adecuado y una buena educación del paciente y su entorno, en el caso de los más pequeños, permiten un buen control de la enfermedad.
 
El tratamiento -como los corticoesteroides inhalados- ayuda a aliviar la inflamación bronquial y mejora la calidad y la expectativa de vida. Sin embargo, es una patología que, a menudo, no está bien diagnosticada ni recibe el tratamiento apropiado.
 
En España, según el promedio de diferentes estudios, el 5% de los adultos y el 10% de los niños padecen asma. Pese a que cerca del 90% podría llevar una vida normal y sin síntomas si siguiera bien el tratamiento, solo lo consigue el 30% de todos los asmáticos.
 
Además de la baja adherencia terapéutica que subrayan los especialistas, también hay que lidiar con el bajo diagnóstico (se estima que la mitad de las personas que tienen asma lo desconocen) y, también, con el supradiagnóstico (el 30% de las personas con el diagnóstico de asma en realidad no la sufren).
 

Etiquetas: ahogo, alergia, asma, disnea



Por MONTSE ARBOIX
 
 

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