Cinco ideas para cocinar con fresas

El equilibrio entre acidez y dulzor, sumado a un color muy intenso y una textura peculiar, hace de la fresa un ingrediente estupendo para realzar infinidad de recetas
 
                                    
                                     Imagen: olhaafanasieva
 
Los frutos rojos, incluidas las fresas, son ricos en vitaminas, minerales y fibra. Poseen un interesante perfil nutricional y destacan por ser fuente de antioxidantes. Además de estas cualidades que hacen de ellos un alimento saludable, son llamativos, sabrosos y muy versátiles para cocinar.
 


 
 
Entre marzo y junio, las fresas se encuentran en su mejor momento y tienen ese punto irresistible que las convierte en el rubí de las fruterías.
 
El equilibrio entre acidez y dulzor, una textura peculiar y un color muy atractivo permiten disfrutarlas tanto en platos dulces como salados, en bebidas y en distintas comidas del día.
 
A continuación, se reseñan cinco ideas para degustar las fresas, desde el desayuno hasta el postre.

Fresas a todas horas

Es difícil imaginar un puñado de fresas frescas sin pensar también en una generosa ración de nata. Junto con el helado y las tartas, esta es una de las presentaciones más tradicionales. Sin embargo, existen muchas formas de emplear esta fruta. Algunas son más conocidas que otras, pero todas son exquisitas.

1. Desayunos. Con zumos, leche y cereales. Una manera muy práctica de incorporar fruta fresca al desayuno es utilizar unas cuantas fresas. Se pueden consumir al natural o, también, intentar distintas combinaciones.
 
A quien le gusten los cereales y el yogur, añadir al tazón unos trocitos de fresas recién cortados le aportará un punto de frescura y sabor interesante. Esta mixtura también funciona muy bien con leche desnatada en lugar de yogur.
 
Si se prefieren los zumos y se tiene algo más de tiempo, se puede preparar un zumo de kiwi y fresas, uno de ciruelas y fresas o añadir algunas fresas al típico zumo de naranja.
 
2. Aderezos. En mermeladas, vinagretas y salsas. La mermelada de fresa es muy rica con tostadas, pero hay otras maneras de emplearla en la cocina: es una base estupenda para hacer vinagretas originales y salsas para carnes, que admiten combinaciones originales e ingredientes con carácter.
 
De hecho, si se elabora una salsa de fresas con la intención de aderezar platos salados, se pueden añadir unas gotitas de wasabi o de salsa de soja o un poquito de pimienta como contrapunto del dulzor.
 
Combina muy bien con alimentos grasos -como el foie y el paté-, con quesos y en vinagretas para aliñar ensaladas.
 
3. Comidas. En ensaladas, con pollo y pescado. La fresa no es una fruta en exceso dulce y tiene, además, unas notas de acidez muy interesantes para incorporar a ciertos platos salados.
 
Una posibilidad es utilizarlas como ingrediente en una brocheta de pollo o en una terrina de pescado con verduras asadas.
 
Otra, añadirla a la ensalada para aportar novedad en el color, el sabor y la textura. La fresa, combinada incluso con manzana, siempre realza una ensalada de lechuga y zanahoria.
 
También marida muy bien con una ensalada de anchoas, queso brie y cogollos de Tudela y se puede agregar a unas endibias, con su correspondiente vinagreta.
 
4. Bebidas. Zumos, batidos y granizados. Solas o combinadas, las fresas también pueden beberse o degustarse a cucharadas. Si se compra una caja y se quiere evitar que se estropeen, preparar con ellas un zumo, un batido o un granizado es una buena solución para aprovechar las que están más maduras o son menos vistosas.
 
 
5. Postres. En tartas, cupcakes, con helado... Las fresas pueden usarse en infinidad de platos; pero su punto fuerte es la repostería.
 
En este ámbito, las opciones se multiplican y se encuentran desde lo más sencillo y tradicional, como una copa de fresas con nata, hasta recetas más novedosas y muy ricas, como los cupcakes de fresa, con las que es posible sorprender a los comensales (si bien son más calóricas).
 
Una dulce opción para los días más cálidos es preparar un bavarois de fresas con cava, o bien un biscuit helado de fresa, si no se quiere emplear alcohol. Para los más pequeños, el polo de fresa es una apuesta segura.
 
Si se prefiere un postre ligero, la brocheta de frutas (por ejemplo, de melón, fresas y pera) es una buena alternativa.
 
Si, en cambio, se decide hacer una excepción y disfrutar de algo un poco más contundente, la tarta de fresas, las torrijas de carnaval con natilla y fresas o la tarta de requesón y fresas son deliciosas propuestas.

Etiquetas: cocinar, ensalada, fresas


Por LAURA CAORSI
 
 

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