Interpretar los resultados de un análisis de orina

El análisis de la orina permite diagnosticar muchos problemas de salud, y no solo renales y del sistema excretor
 
                            
                             Imagen: ACC
 
Mediante un análisis de la orina se pueden detectar muchos problemas de salud. Aunque el estudio más habitual en las consultas médicas es el denominado sedimento urinario, hay otros exámenes que aportan mucha información sobre el estado de salud general de una persona.
 


 
Sin embargo, de igual manera que ocurre con los resultados de las analíticas de sangre, los datos que aportan, a menudo, resultan difíciles de entender a los no doctos en la materia. En este artículo se describe qué significa cada una de las determinaciones de un análisis de orina.

El sedimento de orina

El sedimento de orina aporta una información valiosa, y no solo de los riñones y del sistema excretor, sino de todo el organismo.
 
Su nombre se debe a que, para su realización, se centrifuga la muestra, con el objetivo de separar las partes sólidas del líquido. Y lo que analiza es el poso o sedimento.
 
En este tipo de análisis, lo que tiene mayor importancia es el estudio de las células presentes (leucocitos y hematíes).
 
La presencia de glóbulos blancos (leucocitos) suele indicar infección urinaria.
 
Cuando se detecta, se procede al cultivo de la orina para poder aislar el microorganismo y efectuar un antibiograma para determinar su sensibilidad a los antibióticos.
 
En una micción normal casi no deben encontrarse glóbulos rojos (hematíes); cuando se detectan más de cinco por campo, se denomina hematuria.
 
Su presencia en la orina puede deberse a lesiones de la vía urinaria (piedras, infecciones o tumores), y su descubrimiento obliga a un estudio en más profundidad.
 
Si hay microorganismos, significa que hay infección, aunque también se ven si la muestra no se ha recogido en buenas condiciones higiénicas de esterilidad.
 
Otros datos que se detallan en un informe de sedimento urinario son:
 
Glucosa: su presencia indica niveles elevados de glucosa en sangre.
 
Albúmina: en condiciones normales, hay pequeñas cantidades. Valores anormales deben hacer sospechar de una enfermedad renal. Los estados febriles y el ejercicio intenso aumentan los niveles.
 
Células epiteliales: proceden de la vejiga y la uretra, y son normales.
 
Cilindros: están formados por mucoproteínas que provienen de los túbulos renales. La orina de un individuo sano incluye escasos cilindros (menos de cinco por campo), que pueden incrementarse después de una actividad intenso.
 
Cristales: en condiciones normales contiene cristales (ácido úrico, fosfatos...). Su análisis puede señalar la composición de los cálculos renales en individuos con cólicos nefríticos.
 
Cuerpos cetónicos: pueden observarse en ayunos prolongados y en descompensaciones de los diabéticos.
 
Densidad: oscila entre 1.012 y 1.024, según la ingesta de líquidos.
 
pH: la orina normal es ligeramente ácida. Pequeñas variaciones del pH pueden estar inducidas por la dieta y por ciertos medicamentos.

Análisis de orina de 24 horas

Cuando es necesario estudiar de forma más completa ciertos aspectos del funcionamiento del riñón, se recurre al análisis de la micción recogida durante 24 horas.
 
Para tomar la muestra de manera correcta debe desecharse la primera micción de la mañana para, después, recoger todas las micciones durante las 24 horas siguientes en un recipiente adecuado, que suele suministrar el centro de salud o, en su defecto, adquirirse en una farmacia.

Los valores aumentados de creatinina, una proteína de origen muscular que circula por la sangre y que se elimina a través de la orina, suelen indicar un mal funcionamiento.
 
Una de las pruebas más precisas para conocer la salud de los riñones es la comparación de los niveles de creatinina en sangre con la que contiene la orina emitida durante 24 horas.
 
Esta determinación denominada aclaramiento de creatinina aporta un dato estimativo de la cantidad de sangre que pasa a través de los diminutos filtros en los riñones, llamados glomérulos, es decir, de la filtración glomerular.
 
Dado que una de las funciones primordiales del riñón es la eliminación de agua y sales, el estudio de su actividad se completa con los niveles de sodio, potasio, cloro y bicarbonato.
 
Los niveles de calcio y fósforo también son buenos indicadores de la salud de este órgano, además de aportar importante información sobre el metabolismo óseo.
 
La cantidad de proteínas presentes también es una buena guía para conocer la marcha del riñón. No se encuentran en la orina, salvo en algunas circunstancias como en el embarazo o tras hacer deporte.
 
Hay que tener en cuenta que su existencia puede deberse a diversas causas, como fiebre, inflamaciones o quemaduras. Si no es así, las proteínas en la orina pueden indicar una alteración en el normal funcionamiento.
 
Este estudio también permite determinar los niveles de algunas hormonas y sus metabolitos.

Dado que muchas hormonas tienen una secreción distinta según la hora del día, la medición de sus niveles durante 24 horas da una idea más exacta de la actividad de las glándulas.

Las que con más frecuencia se solicitan son las que miden la actividad de las glándulas suprarrenales (cortisol, catecolaminas, esteroides suprarrenales...).

Medicamentos y tóxicos en orina

El análisis de una muestra de orina es la mejor manera de encontrar tóxicos, sustancias psicoactivas y algunos medicamentos en el organismo. Se utiliza de forma rutinaria en los servicios de urgencias y para descartar el dopaje de los deportistas.
 
Se realiza un test de detección rápida, donde un resultado positivo indica la presencia del tóxico, pero no da idea de la cantidad. En caso de duda, o si quieren conocerse los niveles, los resultados deben confirmarse mediante otras técnicas analíticas.
 
En ocasiones, hay sustancias que se eliminan por la orina que pueden interferir y dar resultados erróneos, como ocurre con algunos medicamentos para la tos o para la diarrea, que pueden dar falsos positivos para la heroína, por su estructura similar.
 
Por otra parte, un resultado negativo no excluye pequeñas cantidades del tóxico que estén por debajo de los límites que la técnica permita detectar.
 
Además de algunos fármacos, también puede encontrarse cocaína, cannabis, anfetaminas y derivados, barbitúricos, benzodiacepinas, metadona y opiáceos.
 
En la mayoría de los casos, el tóxico permanece en la orina hasta tres días. Si la sustancia es cannabis y el consumo es esporádico, se halla hasta al cabo de una semana; y si es habitual, persiste hasta seis semanas.
 
Las benzodiacepinas pueden detectarse hasta 15 días después.

Recomendaciones antes de un análisis de orina

Para los análisis de orina, en general, no se necesita estar en ayunas.
 
La muestra idónea es la primera de la mañana, porque representa la de toda la noche (10-12 horas) y es más probable que revele alteraciones.
 
En la hora previa a la toma de la muestra se recomienda no beber líquidos en exceso, ya que podría alterar los resultados.
 
Antes de recoger la muestra, se aconseja lavar y secar los genitales para garantizar la ausencia de microorganismos que puedan contaminarla. Por el mismo motivo, debe recogerse la orina a la mitad del chorro de la micción.
 
En caso de que la muestra se tome en casa, se recomienda conservar en el frigorífico si se demora su traslado al laboratorio.
 

Etiquetas: micción, orina, riñón


 
Por TERESA ROMANILLOS
 

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