Día del padre: sorpréndelo con un desayuno

Tres opciones para comenzar la jornada de una manera deliciosa y agasajar a papá en su día
 
                                  
                                   Imagen: genious2000de
 
Una estupenda manera de comenzar el Día del Padre es agasajarlo con un desayuno especial. Solo necesitamos planificar el contenido y la presentación para tener todos los ingredientes e implementos en casa el día anterior. Una posibilidad muy divertida es preparar este banquete entre todos, incluido papá.
 

 
Conseguiremos que ese momento sea una de las mejores actividades familiares del día.  
La otra posibilidad es prepararlo a hurtadillas y sin hacer mucho ruido. Este formato es muy entretenido, sobre todo, para los niños.
 
A continuación, brindamos tres opciones de desayunos con encanto para papá.

Tres desayunos para papá

                           
 
Opción 1: el desayuno sencillo. Lo prepararán los niños, con un poco de ayuda. Lo mejor es hacer unas sencillas tostadas francesas: humedecemos unas rebanadas de pan de molde en leche con azúcar y canela, y las cocinamos en una sartén (estilo a la plancha) con un poco de mantequilla.
 
Cuando estén doradas "vuelta y vuelta", sacamos del fuego. Las acompañamos con un zumo de fruta recién elaborado y un estupendo café.
 
Si no nos apetece lo dulce, preparamos unas tostadas simples con un chorrito de aceite de oliva, unas lonchas de jamón de pavo y unos tomates cherry.
 
Esto nos puede ayudar a que el desayuno sea, además de rico y variado, muy vistoso y nutritivo.
 
Sin duda, con esto levantaremos a papá de la cama con una sonrisa.
 
Opción 2: el desayuno colectivo. Muy adecuado para el "público infantil". La idea es colaborar todos en la cocina. Así, los más pequeños pueden preparar unas brochetas de frutas frescas.
 
Pelamos y troceamos nosotros la fruta, y les enseñamos a insertar los trocitos en las brochetas de una manera creativa, combinando colores y texturas.
 
Las mejores opciones son: fresas, plátano, manzana, piña, kiwi y gajos de mandarina o naranja.
 
          
 
Mientras, los niños más mayores o los adultos podemos elaborar un chocolate caliente con un poco de leche y agua, como se hacía antiguamente.
 
Removemos de manera constante el chocolate para que no se pegue al fondo de la cazuela y, cuando esté cremoso y estupendo de sabor, vertemos sobre las tazas (transparentes, si puede ser).
 
Coronamos con un poco de nata montada y una pizca de canela.
 
Acompañamos con unos panes de hogaza tostados, a modo de picatostes, o unos bizcochos de soletilla para untar en el chocolate.
 
Con las brochetas de multifrutas, la combinación es perfecta.
 
Opción 3: el brunch. Si los hijos son un poco más mayores, otra manera de preparar un desayuno familiar y no madrugar tanto es colaborar todos para darle al festín un toque más cosmopolita, adulto y a la vez divertido.
 
La idea es montar un brunch o "desayuno-almuerzo". En este caso, podemos tener ya preparadas ciertas cosas, como la bollería si la vamos hacer casera.
 
Un bizcocho de yogur o un bizcocho de zanahoria, unas magdalenas artesanas o unos cupcakes son algunas deliciosas posibilidades.
 
Bastará conservarlas desde el día anterior en un caja hermética, para que no se sequen. También podemos dejar preparada la masa de los croissants y hornearlos en el mismo día.
 
Si queremos algo más sencillo, tostamos unos panecillos en el momento y acompañamos con mantequilla y un surtido de dos o tres tipos de mermeladas, azúcar moreno, o miel.
 
                      
 
Pero un brunch tiene, además, una parte salada. Podemos preparar unas rebanadas de pan rústico tostado en el horno con un hilito de aceite de oliva y, para acompañar, tomate rallado con unas gotas de aceite y sal, unas lonchas de jamón ibérico, o unas láminas de salmón ahumado.
 
Por supuesto, podemos incluir una tortilla de patata (tradicional o rellena de setas o bonito), que siempre triunfan en cualquier almuerzo.
 
En cuanto a las bebidas, serviremos zumos de frutas, infusiones, café y agua.
 
Para el toque final, nada mejor que unos tarros con frutas troceadas y yogur natural por encima, endulzado con unas cucharadas de mermelada de frutas caseras... ¡una delicia para este desayuno tan especial!

Etiquetas: cocinar, desayuno, día del padre


 
Por PEIO GARTZIA
 
 

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