Día 29 - Apertura a Dios

          

           Día 29 - Apertura a Dios por Juan Ignacio B.




  Día 29 - Apertura a Dios

Día 29: Apertura a Dios - Es verdad aquello que se dice, que siempre estamos abiertos a Dios. De esto, cada uno tiene sus propias vivencias.  

El es el centro de nuestra existencia. Aunque digamos que no nos interesa, existen ocasiones en que el hombre se abre a Dios desde lo más profundo de su ser.

REFLEXIÓN: Lo que justifica que estemos unidos a Dios es la posibilidad de comunicarnos y de escuchar. Tenemos necesidad de manifestar lo que hay en nuestro interior, ya sea de alegría o de tristeza.

Nuestras experiencias vividas las manifestamos a través de las palabras. Todo pensamiento se hace palabra hablada y toda palabra pide que se le escuche.

Todos tenemos necesidad de comunicar a los demás, opiniones o palabras llenas de esperanza, de rencor, de emoción, de debilidad o miedo.

De las palabras de nuestra vida diaria va surgiendo la oración. La oración es diálogo. Es vivencia salida de nuestro interior y dirigida a Dios.

La oración es la necesidad que el hombre tiene de Dios. Así lo dijeron los Apóstoles: Señor enséñanos a orar. Señor, permítenos decir: Padre nuestro.

Con la oración superamos nuestro propio yo y nos encontramos con Dios en el misterio del diálogo espiritual.

La oración es una aventura del alma.

La actitud de un verdadero orante la encontramos en María: se alimenta de lo divino, es llena de gracia, agradece al Señor sus maravillas realizadas en Ella, es Virgen prudente, no cesa de amar a Dios sobre todas las cosas, se ofrece por la salvación del mundo.

María nos lleva a Dios, es modelo de persona que se encuentra con Dios, nos ayuda a vivir la presencia de Dios

Mirando a María, Ella nos invita a la oración confiada, nos estimula a la penitencia y al temor de Dios, a abrirnos a Él, como un hijo a su padre.

Con su actitud nos estimula a crecer, a escuchar, a meditar, a orar, a contemplar.

ORACIÓN: Toda tu vida fue una constante oración, un constante diálogo con tu Hijo, en una comunicación amorosa de Madre e Hijo.

María: Eres Virgen y Madre, siempre en actitud orante. Necesito tener esas actitudes de comunicación con Dios. Te pido, María, que presentes mi súplica a Dios en quien depositaste toda tu confianza, y en quien yo también quiero confiar. 

Texto: Manuel Bravo - Música: Regina coeli-Mozart - Imagen de Inmaculada-Zurbarán - Bajada de encuentra.com -  Atención de JM Torres y Juan Braulio.