Cinco dietas que no hay que empezar
Ciertas dietas para adelgazar suponen un riesgo para la salud, son ineficaces a largo plazo y presentan multitud de carencias nutricionales
Perder peso es una cuestión más seria de lo que parece. No debe ser tomada a la ligera. El primer consejo es consultar siempre con un profesional sanitario (un médico, un dietista-nutricionista), que es quien en realidad puede recomendar la dieta más efectiva en función de las características de cada persona y dará las pautas exactas para llevarla a cabo.
De no echar mano de un profesional, es muy fácil perderse entre las bondades que vende Internet y las promesas de los "falsos gurús". Deseosos de bajar kilos cuanto antes, es muy probable que acabemos llevándonos la salud por delante.
Las "dietas milagro" son muchas. En el siguiente artículo se reseñan cinco que suponen un peligro para la salud.
Dietas para adelgazar: cuidado con las prisas
Imagen: CONSUMER EROSKI
Cuando uno toma la difícil decisión de perder peso -no por los resultados, pero sí por lo que cuesta realizarla- tiene que tener mucho cuidado con la dieta que elige.
Son múltiples las que uno puede encontrar en Internet, o por recomendación de un amigo, o porque le suena que era buena, pero a la hora de la verdad hay que tener en cuenta una prioridad: que la alimentación debe ser saludable.
El problema es que muchas veces se pone por delante el hecho de que los resultados sean rápidos y que no suponga mucho esfuerzo, es decir, que no haya que pasar demasiada hambre y, si es posible, que no haya que privarse de los productos o platos favoritos.
Pero las llamadas "dietas milagro" suelen llevar consigo una situación de carencia de sustancias y de exceso de otras que pueden terminar suponiendo un peligro para la salud.
Las dietas extremas y las "no aptas para la salud" son muchas -más de las que nos gustaría-; incluso en algunos casos causa sorpresa que alguien se lance a seguirlas: la de la solitaria, la del parche de la lengua... Aquí va una selección de cinco con la recomendación de que es mejor no empezar siquiera a probarlas.
Cinco dietas que no se deben empezar
1. La dieta de la manzana. Se basa en las bondades de esta fruta, como que es rica en vitaminas, minerales y azúcares. Eso sí, salvo en contadas comidas, se basa en eso: en comer todas las manzanas que uno quiera.
El problema es que no existe ningún producto que contenga, por sí solo, todos los nutrientes que uno necesita, y esta no es una excepción.
Por ejemplo, "no contiene proteínas, de modo que a la hora de perder peso solamente se eliminará masa muscular y, al terminar la dieta, se volverá a recuperar el peso con gran facilidad", señalan desde el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), que la incluye en su lista de las diez peores dietas.
El problema es que no existe ningún producto que contenga, por sí solo, todos los nutrientes que uno necesita, y esta no es una excepción.
Por ejemplo, "no contiene proteínas, de modo que a la hora de perder peso solamente se eliminará masa muscular y, al terminar la dieta, se volverá a recuperar el peso con gran facilidad", señalan desde el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), que la incluye en su lista de las diez peores dietas.
2. La dieta de Atkins. Es muy "golosa", porque permite consumir muchos productos que otras dietas prohíben terminantemente.
En concreto, se basa en un consumo casi único de proteínas procedentes de carnes rojas, embutidos, mantequillas o huevos, entre otros, mientras que deja muy poco sitio para los hidratos de carbono de las frutas y verduras.
Asimismo, se opone a alimentos como la pasta, las legumbres, la leche o el azúcar. Al no recibir el nutriente necesario para obtener energía, el cuerpo quema las grasas de una forma muy particular, provocando efectos negativos: entre ellos, falta de apetito, estreñimiento, aumento del colesterol sanguíneo e, incluso, riesgo cardiovascular.
En concreto, se basa en un consumo casi único de proteínas procedentes de carnes rojas, embutidos, mantequillas o huevos, entre otros, mientras que deja muy poco sitio para los hidratos de carbono de las frutas y verduras.
Asimismo, se opone a alimentos como la pasta, las legumbres, la leche o el azúcar. Al no recibir el nutriente necesario para obtener energía, el cuerpo quema las grasas de una forma muy particular, provocando efectos negativos: entre ellos, falta de apetito, estreñimiento, aumento del colesterol sanguíneo e, incluso, riesgo cardiovascular.
3. La dieta de la sopa. Su secreto es un caldo preparado con cebollas, ramilletes de apio, pimientos verdes, tomates, repollo, col, sal y pimienta, en unas cantidades muy concretas.
Juega con el hecho de que apenas tiene calorías y, por tanto, se puede tomar toda la que uno quiera. Como acompañamiento, se pueden consumir en ocasiones frutas, zumos o leche desnatada.
El resultado es que supone un déficit de proteínas, vitaminas y minerales, de modo que se pierde peso a costa de una serie de desequilibrios orgánicos y, en menor medida, de grasa, que es lo que realmente interesa perder. Una anemia es lo primero que puede producir, y de ahí en adelante.
Juega con el hecho de que apenas tiene calorías y, por tanto, se puede tomar toda la que uno quiera. Como acompañamiento, se pueden consumir en ocasiones frutas, zumos o leche desnatada.
El resultado es que supone un déficit de proteínas, vitaminas y minerales, de modo que se pierde peso a costa de una serie de desequilibrios orgánicos y, en menor medida, de grasa, que es lo que realmente interesa perder. Una anemia es lo primero que puede producir, y de ahí en adelante.
4. La dieta de la alcachofa. Se puede hacer en diferentes plazos de tiempo y sus resultados son rápidos, pues logra una pérdida de peso alta de forma bastante acelerada por el hecho de que elimina líquidos del organismo, pero esto supone que en cuanto uno vuelve a la dieta normal recupera los kilos con la misma rapidez.
La alcachofa es un producto muy beneficioso para la salud y debe ser incluido en nuestros platos, pero acompañado de otros muchos alimentos.
La alcachofa es un producto muy beneficioso para la salud y debe ser incluido en nuestros platos, pero acompañado de otros muchos alimentos.
5. La dieta Dukan. Una de las más conocidas, muy seguida hace no tanto tiempo y que en la actualidad no deja lugar a dudas de que es inapropiada después de que se hayan pronunciado un buen número de sociedades científicas.
Ya la Agencia Francesa para la Seguridad Alimentaria, del Medio Ambiente y Ocupacional (Anses) ha señalado que esta dieta puede comportar desequilibrios nutricionales y ser altamente arriesgada por poder comportar alteraciones somáticas, psicológicas, hormonales, de crecimiento o de rendimiento. Más claro, agua.
Ya la Agencia Francesa para la Seguridad Alimentaria, del Medio Ambiente y Ocupacional (Anses) ha señalado que esta dieta puede comportar desequilibrios nutricionales y ser altamente arriesgada por poder comportar alteraciones somáticas, psicológicas, hormonales, de crecimiento o de rendimiento. Más claro, agua.
En definitiva, elegir una dieta no es nunca tarea fácil. Y, desde luego, no hay que hacerlo con el ordenador en mano y dispuestos a llevarla directa a la cocina.
Ponerse en contacto con un profesional sanitario es básico, pues siempre nos recomendará aquella que en realidad nos beneficie y la forma más correcta de seguirla. Si no, es mejor olvidarse de ello. Lo primero es siempre la salud.
Etiquetas: adelgazar, dieta, salud
Por NURIA MARTÍN SANZ
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